lunes, 10 de marzo de 2008
Evolución, y Especialistas Versus Generalistas
La asignación de deberes en una célula, en una comunidad de seres oceánicos o incluso en un pequeño negocio, no tiene necesariamente que definirse por una división del trabajo donde cada parte tenga un papel específico, según unos biólogos de la Universidad Estatal de Ohio. Estos investigadores han diseñado un modelo matemático para describir circunstancias que permitirían a los generalistas perdurar en la que por lo general se espera sea una sociedad exclusiva de especialistas, según ciertas teorías.
jueves, 6 de marzo de 2008
Psicología - La Gente Se Siente Más Infeliz en la Edad Mediana Que en la Juventud o en la Vejez
Utilizando los datos de 2 millones de personas de 80 países, unos investigadores de la Universidad de Warwick y del Dartmouth College en Estados Unidos, han descubierto una pauta, con gran concordancia internacional, sobre los niveles de depresión y felicidad: es en la edad mediana cuando la gente suele sentirse más infeliz.
Los investigadores descubrieron que los niveles de felicidad seguían una curva en forma de U, donde la felicidad es alta hacia el principio y el final de la vida, mientras que desciende a la cota más baja en mitad de la vida. Muchos estudios anteriores sobre el curso de la vida habían sugerido que el bienestar psicológico permanecía relativamente estable al ganar en años.
Valiéndose de una muestra de un millón de personas del Reino Unido, los investigadores descubrieron que tanto para los hombres como para las mujeres la probabilidad de depresión alcanza valores máximos alrededor de los 44 años. En Estados Unidos, hallaron una diferencia importante entre las mujeres y los hombres infelices. Las mujeres llegaban al máximo de este estado a los 40 años, y los hombres a los 50.
Descubrieron la misma curva en forma de U para los niveles de felicidad y de satisfacción con la vida, según la edad, en 72 países, incluyendo Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Portugal, Puerto Rico, República Dominicana y Uruguay.
Los autores, el profesor Andrew Oswald de la Universidad de Warwick, y el profesor David Blanchflower del Dartmouth College, en Estados Unidos, creen que el efecto en forma de U tiene su base en algo dentro de los seres humanos. Ellos muestran que los signos de la depresión a mediana edad se hallan en toda clase de personas; no es causada por la presencia de niños pequeños en la casa, por el divorcio, o por cambiar de trabajo o ganar menos dinero. Unas personas sufren más que otras, pero en promedio el efecto es enorme. Les sucede a las mujeres y a los hombres, a los casados y a los solteros, a los pobres y a los ricos, y a quienes tienen niños o no los tienen. Nadie sabe el motivo de esta concordancia.
La causa de esta curva con forma de U, y con forma similar en naciones industrializadas e incluso en naciones en vías de desarrollo, se desconoce. Sin embargo, una posibilidad, según los investigadores, es que es en la edad mediana cuando los individuos aprenden a adaptarse a sus puntos fuertes y débiles, y cuando descartan sus aspiraciones irrealizables.
Otra posibilidad es una longevidad sistemáticamente mayor para la gente alegre y animosa. Una tercera posibilidad es que cierto proceso de comparación se desarrolle después de la edad mediana, con respecto a familiares, amigos y conocidos que los individuos han visto morir con su misma edad, y les den más valor a los años que les queden por vivir.
Para la persona promedio en el mundo moderno, el descenso de la salud mental y de la felicidad llega lentamente, no de forma repentina en un solo año. Es sólo en la cincuentena cuando la mayoría de las personas emerge del período de depresión. "Alentadoramente, cuando usted llega a los 70, si aún está en buenas condiciones físicas, por lo general se siente mentalmente tan feliz y sano como si tuviera veinte años", declara Oswald.
Quizás asumir que tales sentimientos son totalmente normales en la mediana edad podría ayudar a las personas a enfrentarse mucho mejor a esta fase.
Información adicional en:
Los investigadores descubrieron que los niveles de felicidad seguían una curva en forma de U, donde la felicidad es alta hacia el principio y el final de la vida, mientras que desciende a la cota más baja en mitad de la vida. Muchos estudios anteriores sobre el curso de la vida habían sugerido que el bienestar psicológico permanecía relativamente estable al ganar en años.
Valiéndose de una muestra de un millón de personas del Reino Unido, los investigadores descubrieron que tanto para los hombres como para las mujeres la probabilidad de depresión alcanza valores máximos alrededor de los 44 años. En Estados Unidos, hallaron una diferencia importante entre las mujeres y los hombres infelices. Las mujeres llegaban al máximo de este estado a los 40 años, y los hombres a los 50.
Descubrieron la misma curva en forma de U para los niveles de felicidad y de satisfacción con la vida, según la edad, en 72 países, incluyendo Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Portugal, Puerto Rico, República Dominicana y Uruguay.
Los autores, el profesor Andrew Oswald de la Universidad de Warwick, y el profesor David Blanchflower del Dartmouth College, en Estados Unidos, creen que el efecto en forma de U tiene su base en algo dentro de los seres humanos. Ellos muestran que los signos de la depresión a mediana edad se hallan en toda clase de personas; no es causada por la presencia de niños pequeños en la casa, por el divorcio, o por cambiar de trabajo o ganar menos dinero. Unas personas sufren más que otras, pero en promedio el efecto es enorme. Les sucede a las mujeres y a los hombres, a los casados y a los solteros, a los pobres y a los ricos, y a quienes tienen niños o no los tienen. Nadie sabe el motivo de esta concordancia.
La causa de esta curva con forma de U, y con forma similar en naciones industrializadas e incluso en naciones en vías de desarrollo, se desconoce. Sin embargo, una posibilidad, según los investigadores, es que es en la edad mediana cuando los individuos aprenden a adaptarse a sus puntos fuertes y débiles, y cuando descartan sus aspiraciones irrealizables.
Otra posibilidad es una longevidad sistemáticamente mayor para la gente alegre y animosa. Una tercera posibilidad es que cierto proceso de comparación se desarrolle después de la edad mediana, con respecto a familiares, amigos y conocidos que los individuos han visto morir con su misma edad, y les den más valor a los años que les queden por vivir.
Para la persona promedio en el mundo moderno, el descenso de la salud mental y de la felicidad llega lentamente, no de forma repentina en un solo año. Es sólo en la cincuentena cuando la mayoría de las personas emerge del período de depresión. "Alentadoramente, cuando usted llega a los 70, si aún está en buenas condiciones físicas, por lo general se siente mentalmente tan feliz y sano como si tuviera veinte años", declara Oswald.
Quizás asumir que tales sentimientos son totalmente normales en la mediana edad podría ayudar a las personas a enfrentarse mucho mejor a esta fase.
Información adicional en:
martes, 4 de marzo de 2008
Investigando Cómo Ciertas Algas Microscópicas Producen Sílice
La Thalassiosira pseudonana, con una dura concha exterior de sílice con la forma de una sombrerera y marcada con poros, mide de 3 a 4 micras, lo cual la hace una de las diatomeas más pequeñas. Un equipo de científicos presenta ahora nuevos hallazgos sobre cómo la Thalassiosira pseudonana construye su concha.
Las diatomeas, algunas de las cuales son tan diminutas que 30 pueden caber en el grosor de un cabello humano, son tan numerosas que están entre los organismos más importantes que absorben el dióxido de carbono, gas con efecto invernadero, de la atmósfera de la Tierra.
Las conchas de las diatomeas son tan pesadas que cuando estas criaturas mueren en los océanos, suelen hundirse hasta sus tumbas acuáticas en el fondo marino, retirando el carbono de las aguas superficiales y almacenándolo en los sedimentos del suelo oceánico.
La nueva investigación, dirigida por Thomas Mock, un oceanógrafo de la Universidad de Washington, ha llevado al descubrimiento de subconjuntos completos de genes y proteínas que controlan cómo una de las especies de diatomeas fabrica su concha.
Para los oceanógrafos el resultado del nuevo trabajo puede ayudarles algún día a comprender cómo los miles de tipos diferentes de diatomeas, y su capacidad de absorber el dióxido de carbono de la atmósfera, podrían ser afectados por el cambio climático global.
Los expertos en ciencia de los materiales que han participado en la investigación, están, por su parte, interesados en las posibilidades de manipular los genes responsables de la producción de sílice como una forma de fabricar chips con mayor eficacia.
Aunque la mayoría de las diatomeas son demasiado pequeñas para ser vistas a ojo desnudo, son increíblemente importantes en el ciclo global del carbono. Durante la fotosíntesis, las diatomeas convierten el dióxido de carbono en carbono orgánico, y, en el proceso, generan oxígeno. Ellas son las responsables del 40 por ciento del carbono orgánico producido cada año en los océanos del mundo.
Para esta nueva investigación, se utilizó el mapa del genoma de la diatomea Thalassiosira pseudonana publicado en el 2004 por un equipo dirigido por la profesora de oceanografía de la Universidad de Washington, Virginia Armbrust, que también ha trabajado en este nuevo estudio.
Las diatomeas, algunas de las cuales son tan diminutas que 30 pueden caber en el grosor de un cabello humano, son tan numerosas que están entre los organismos más importantes que absorben el dióxido de carbono, gas con efecto invernadero, de la atmósfera de la Tierra.
Las conchas de las diatomeas son tan pesadas que cuando estas criaturas mueren en los océanos, suelen hundirse hasta sus tumbas acuáticas en el fondo marino, retirando el carbono de las aguas superficiales y almacenándolo en los sedimentos del suelo oceánico.
La nueva investigación, dirigida por Thomas Mock, un oceanógrafo de la Universidad de Washington, ha llevado al descubrimiento de subconjuntos completos de genes y proteínas que controlan cómo una de las especies de diatomeas fabrica su concha.
Para los oceanógrafos el resultado del nuevo trabajo puede ayudarles algún día a comprender cómo los miles de tipos diferentes de diatomeas, y su capacidad de absorber el dióxido de carbono de la atmósfera, podrían ser afectados por el cambio climático global.
Los expertos en ciencia de los materiales que han participado en la investigación, están, por su parte, interesados en las posibilidades de manipular los genes responsables de la producción de sílice como una forma de fabricar chips con mayor eficacia.
Aunque la mayoría de las diatomeas son demasiado pequeñas para ser vistas a ojo desnudo, son increíblemente importantes en el ciclo global del carbono. Durante la fotosíntesis, las diatomeas convierten el dióxido de carbono en carbono orgánico, y, en el proceso, generan oxígeno. Ellas son las responsables del 40 por ciento del carbono orgánico producido cada año en los océanos del mundo.
Para esta nueva investigación, se utilizó el mapa del genoma de la diatomea Thalassiosira pseudonana publicado en el 2004 por un equipo dirigido por la profesora de oceanografía de la Universidad de Washington, Virginia Armbrust, que también ha trabajado en este nuevo estudio.
lunes, 3 de marzo de 2008
Una Masiva Nube de Gas Colisionará Contra Nuestra Galaxia
Una gigantesca nube de gas hidrógeno se dirige velozmente hacia una colisión con nuestra galaxia, la Vía Láctea, y cuando impacte, dentro de no más de unos 40 millones de años, puede desatar un espectacular estallido de pirotecnia estelar. El borde delantero de esta nube ya está interactuando con masas de gas de nuestra galaxia.
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